NADIE ES IMPRESCINDIBLE




Como en todas las cosas de la vida, nadie llega a ser necesario en la sociedad, ni en el trabajo y mucho menos en las Cofradías, por mucha sapiencia que se tenga e incluso por haberse dejado el alma por una Hermandad. Sobre esto, lo principal son las Imágenes que están en los altares a las que se le rinde culto, todo lo demás es secundario. El mundo de las cofradías tiene más de cuatro siglos de historia y nadie ha sido eterno. Juntas de Gobierno, vestidores, músicos, costaleros, capataces… todos están de paso.

En una Hermandad todos son necesarios para que la misma siga su camino pero nadie puede llegar a ser o creerse imprescindible, cuando salen unos, entran otros, haciéndolo mejor o deficientemente, y así ha sido y será siempre. Las Hermandades siempre querrán lo mejor para las mismas, aunque a veces puedan equivocarse por elegir buenamente a hermanos sin ciertas cualidades para desempeñar unas labores en vez de contar con otras personas que no siendo hermanos, podrían desempeñar un trabajo con criterio y bien hecho, ¿y quien sabe si puede ser una puerta abierta para que se hagan hermanos algún día?

Todo debe de evolucionar en mayor o menor medida, habiendo ocasiones, que en acierto o desacierto, se tomen decisiones donde también puedan existir intereses personales en las Juntas de Gobierno y llegando a veces a darse motivos poco comprensibles.

Se puede tener mucha voluntad para realizar un trabajo, pero si no transmite…, restará a la Hermandad en vez de sumar. Un ejemplo claro de ello están siendo los vestidores actuales. La gran mayoría de las Juntas de Gobierno se han dado cuenta de la importancia de ésta labor. Últimamente se están viendo a las Dolorosas en un esplendor magnífico en la forma de ir ataviadas, donde el vestidor saca el mayor partido utilizando su criterio para realzar su belleza y así aumentar su devoción, pasando en gran mayoría las camareras hermanas a un segundo plano, que aunque lo hicieran con su mayor voluntad y cariño, no supieron en la mayoría de los casos realzar esa belleza que le imprime un vestidor.

¿Por qué no ocurre lo mismo con los capataces? En muchísimas ocasiones se designan a personas para tocar un martillo sin tener unas cualidades y ni siquiera unas formas de trabajo. De éste modo y difícilmente no se llegue a transmitir con los pasos en la calle y lo que puede llegar a ser peor, poner en riesgo de lesión a una cuadrilla de costaleros. Si las Hermandades disponen de hermanos que puedan hacer un buen trabajo en cualquier sector de las mismas, pues perfecto, pero si no los tienen, lo ideal sería buscarlos. Antiguamente las Hermandades contrataban los servicios de los que carecían internamente.

A veces desde la ignorancia, se peca en confiar en el hermano que más trabaja por una Hermandad para desempeñar una labor aunque no tenga cualidades para desarrollar ese trabajo, pudiendo servir perfectamente para realizar otras actividades. La calidad de todos los trabajos bien hechos que se realicen en una Hermandad, tanto a nivel interno como externo a través de personas aptas para esos trabajos (fiscales, diputados de gobierno, diputados de caridad, músicos, vestidores, capataces,…), sumarán para atraer a más hermanos y devotos.

Por todo ello, pienso que es importante hacer las cosas bien desde la honestidad y el respeto y no dejar de luchar por lo que se cree que es mejor, sin llegar a tener temor. No tiene sentido engañarse a sí mismo haciendo algo que no se defiende o algo que realmente no satisface. Como dije al principio, nadie va a ser eterno y mucho menos imprescindible, estamos de paso; por eso, es bueno no perder la personalidad ni el criterio, porque el día que tengan que cesar un puesto, habiendo motivos o no, se tendrá que aceptar.
Daniel Rosa


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